domingo, 10 de febrero de 2013

Para quien no entiende la devoción hacia los animales.

No hago mas que escuchar que qué tengo yo con los perros. Os lo voy a explicar. Tengo amor y adoración por los animales, pero especialmente me muero por los perros. 

Mi familia me ha criado entre animales de compañía. Que si peces, pollos, gatos -antes de darme alergia- pájaros, hámster y perros. Tengo la suerte de haber vivido mis años más difíciles al lado de mi perra, la rubia, mi TAHIA y con ella comprender lo qué entienden y sufren las pérdidas cuando un ser querido se va. Ella me enseñó que no nos iba a dejar y que no habla pero sí se entera de todo. Ella te lame, te mira, te llora, te ladra, te entiende y no te deja. Pero a parte de ella, el 15 de Enero tuve el impulso de acoger en casa a Lagun -a raíz de la inundación de la perrera de Etxauri- y él me hizo ver que siento más devoción aún. Un animal que se creyó querido por su "amigo", al que le daba de comer, aquel mismo que sin miramientos decidió abandonarlo sin una lágrima derramada. La gran mayoría de los abandonos -con suerte de si los dejan en perreras- son historias tristes, desalmados que no dejan vencer a las lágrimas, que tienen un corazón de hierro pues no titubean ni tartamudean, sólo vacilan contando mentiras por abandonarlos.

Pero en Etxauri -como en muchas otras pero no en todas- cuentan con gente como las TXIKAS que les buscan un casa de acogida indefinida hasta que les llega la adopción para no sufrir en los box. Esos habitáculos pequeños donde muchos no tienen lámpara de calor, donde duermen mojados y fríos, donde comen todo lo que pueden y los otros perros les dejan y donde lloran y ladran con angustia al no entender lo sucedido.

Una casa de acogida les da un techo, calor y sobretodo, el amor que necesitan y la confianza de que no volverán a sufrir otra vez más. Siendo casa de acogida aprendes a entender al amigo que tanto se le habla de fidelidad. Y es cierto, te mira con sus ojos y te cuenta que te debe la oportunidad de volver a vivir. Te mira y te abraza con sus patas diciéndote gracias por confiar en mí. Te mira y ladra que te quiere. Ser casa de acogida implica que cualquier día te pueden decir que tu amigo se tiene que marchar puesto que ha encontrado una adopción. El adoptante pasa por un control y un estudio por parte de las TXIKAS por el bien de los animales para evitar que vuelvan un día a ser abandonados ya que algunos de ellos lo han llegado a ser tres veces en su vida.

Cuando yo miraba a Lagun, lloraba por él. Lloraba sabiendo que noche y día durante su estancia en Etxauri, tuvo que adaptarse al lugar, al frío, la lluvia, los demás perros y a la soledad. La gran mayoría luchan cada día. Otros, mueren de pena unos días después de ser abandonados. Muchos son cachorros o jóvenes. Otros son viejos. Dejados a merced del destino que quiera llevarselos al arco iris.
La mayoría de los que han pensado en adoptar un perro, QUE NO COMPRARLO, van con miras de un cachorro o un animal que no tenga mucho tiempo. Con Lagun he aprendido que la edad es sólo un número. Él tenía diez años. Era mayor supuestamente, pero su vitalidad, sus huesos y su fuerza no me decían lo mismo. Cuando un perro sale de una perrera, da lo mismo que edad tengas, puesto que su primera noche en caliente y bajo techo con el abrigo de la ternura, el cariño y el amor que le damos, les hace despertar rejuvenecidos. Les quitas años y les das vitalidad. No importa los años que tenga el perro, SOLO IMPORTA que le des los mejores años de lo que le reste de vida. No mires el color del pelo, de raza, de ojos o de carácter. Todo puede cambiar si les das lo básico que necesitan. Y desde luego no hay mejor caso que el de Indi -antiguo Zazpi en Etxauri-. Lo acogió Bakarne. ¿Quién es Bakarne? La mujer que cree que los animales se comportan con agresividad por picos de estrés o faltas de cariño después del abandono. Ella se lo llevó y dijo que le rehabilitaría. Sí, los perros también pueden rehabilitarse y ejemplo de ello es el caso de Indi(ana) Un luchador que ha pasado de ser agresivo, de no poder mezclarse con otros perros y de tener que dormirle para poder sacarle aquél trágico 15 de Enero, a un perro sociable, que da caricias y sabe recibirlas, que juega, salta, brinca, corre, mueve el rabo y sabe divertirse y mezclarse. Él te da su respeto cuando tú se lo das a él. Y muestra del ejemplo son las imágenes que podéis ver en el enlace donde Bakarne nos ha ido mostrando de cómo se ha sabido adaptar y frenar su ''comportamiento agresivo'' : https://www.facebook.com/media/set/?set=a.532013913490195.120965.255775647780691&type=1

Un perro abandonado sólo pide confianza y que creas en él. Y tú, como humano responsable deberías saber cuales son los principios básicos. Un animal no pide mucho, pero eso sí, cuando llueve, nieva o hace frío, ellos necesitan seguir bajando a hacer sus cosas a la calle y oler libertad. Y tu única excusa es la pereza. Cuando adoptas un perro te casas con él, para lo bueno y para lo malo. Para el frío y para el calor. Para las vacaciones de invierno y para las vacaciones de verano. Para los meses donde van bien las cosas y para los meses donde van mal las cosas. Ellos jamás nos abandonarían, saben apreciar cada gesto bueno que les damos. 

Pero hay humanos que tienen un corazón de hierro, forjado seguramente de una infancia dura, llena de maltratos y donde su familia no tuvo tiempo de enseñar el amor y la fidelidad hacia las personas y los animales. Y son ellos quienes maltratan a un perro indefenso. Y si es capaz de hacerle daño a un animal, no tendrá miramientos en hacer mal a un humano. Todo va encadenado. Quien abandona a un perro, será abandonado por un humano el día de mañana pues su fidelidad queda reflejada en su desprecio y su falta de coraje. No son gente de mi agrado. No son personas que merezcan un halago ni un sentimiento. Ni son humanos, ni son honrados, ni merecen un respeto. Son tip@s sin escrúpulos que matan a sus animales porque han dejado de hacerles ''la función'' cazando, o les disparan mal y les dejan desangrándose de un árbol, o los atan a un coche y les martirizan, o simplemente les abren la puerta del coche en un descampado y los dejan a la suerte de su destino y su fuerza de supervivencia, o el que "da la cara" y lo abandona pagando diez euros en una protectora o perrera, todos pidiendo a gritos su oportunidad. En algunas perreras sacrifican dichos animales dándoles unos días de suerte por si cae algún adoptante, en otras consiguen pasar y aguantar meses o incluso años.

Por todo esto, si antes quería a los animales, es ahora cuando he comprendido, después de tener a Lagun, que amo a los animales. Y desde luego no me cansaré de machacar a quien les hace sufrir. 

Pero para tu información, no sólo amo a los animales, ya que también rindo respeto a las personas, y de hecho he sido educada para ello y con ellos. En mi infancia tuve ''un hermano'' negro. Lo apadrinamos durante años. Y cuando tenía unos once o doce años, acogimos los fines de semana a Sandra. ¡Qué recuerdos me trae! ¡Qué divertido que fue! Le dimos cariño, risas, calor, juegos, ropa, excursiones, comilonas, su cama y una familia. Para mi otra hermana. Con el paso de los años y la ''edad del pavo'' fuimos perdiendo el contacto. Pero tanto yo como ella, nos tendremos en el sitio de los buenos recuerdos. ¡Sé que volveré a encontrarla! Por que lo bueno, siempre acaba volviendo a tí.

Porque cuando enseñas y educas a amar tanto a las personas como a los animales y respetarlos al máximo, es cuando puedes estar tranquilo de saber que no abandonarás y tampoco serás abandonado ya que no predicas el ejemplo malo, sino el bueno.

Después de desahogarme, explicar e intentar hacer comprenderos lo necesario que es tener un corazón transparente, lleno de buenas acciones y que predique el cariño y el amor, tanto hacia lo humano como hacia lo animal, es completamente imprescindible para poder pasearse orgulloso por la vida y saber que tú sí que haces lo correcto. Creo que quien respeta a las personas, sabe respetar y amar a los animales. 

Por ello te animo a que des una oportunidad a un animal. Si no estás seguro de tí, acógelo y vete enamorándote. Él sabrá cómo hacerlo dado que son muy agradecidos. Pero ten paciencia, la misma que se necesita para educar a un niño es imprescindible para un animal. Cuídalo, respétalo y ámalo y será tu amigo fiel para siempre.

Con este fraseo quiero daros a conocer mi manera de pensar y de ver el amar a los animales y el por qué ahora estoy más volcada. Espero haberlo explicado de la manera más transparente y entendible para que podáis entender mi devoción y la de tanta gente. No soy más ni menos que nadie, pero soy yo quien se ha desgranado para liberar mis sentimientos y hacer comprender a quien no nos entiende o no puede entender que una persona quiera tanto a un animal.