miércoles, 6 de marzo de 2013

¿Qué harías de tu vida si el dinero no importara?

Yo lo hice. El 31 de Agosto de 2011 dejé de trabajar y fue la mejor decisión que pude tomar, muy a pesar de que para muchos fuese una locura en estos tiempos. Ni me arrepentí ni me arrepiento. Hoy estoy tranquila porque me he dado tiempo para conocerme, entender situaciones pasadas y presentes para que las futuras sean menos impactantes. Ser consciente de lo que la vida me ha entregado en forma de error y poder sacarle el partido merecido. Limpiar el corazón que había quedado inerte por sufrimientos que no quería hacer frente. He conocido a quienes me rodeaban y sé a quién le "debo" y a quién no. Saborear a esa gente con el paladar y encontrar a quienes merecen mi historia, mis dias, mis anécdotas. He descubierto a quienes disfrutan de mi por lo que soy y a quienes me han tratado por cómo soy. Me recuerdo rodeada de gente pero con el corazón solo y deprimido. Un alma que no se paraba para tratar sus heridas pero sí la de los demás. No me paré a ver que lloraba por dentro que aquel desenfreno debía poner fin. Hasta que un día tomé aquella decisión. Y todo fue rodando solo...

Y con aquel parón laboral comenzó la decisión de demostrarme que podía hacer orgullosa a mi madre y volver a estudiar. El tiempo no me ha dejado cumplirlo, pero la intención y las ganas fueron brutales.

A raíz de todo esto, llegan las notas que le dan color a mi vida hoy en día y es que he tenido la GRAN SUERTE de poder disfrutar de esos dos cachorros que me brindan las mejores momentos. Disfruto de ellos como una niña chica. Los niños te aportan sonrisas, recuerdos, morriña, sentimientos, ternura, amor, dulzura y la inocencia que les caracteriza. Disfruto tanto, que hoy en día no me veo lejos de ellos.

Pero de la misma manera que la infancia me colorea, también disfruto de la otra edad, la anciana. Todas las semanas paso una tarde con mi abuela, una mujer muy importante para mí con la que me atrevo a contrastar opiniones de todo tipo, entender -o al menos intentarlo- su punto de vista sobre muchas temas que ella no comprende de esta sociedad. Así como respeto su apoyo incondicional hacia la iglesia y dios. A parte de que antes de que, por culpa de la edad ya pierda más la memoria, me estoy ganando unas bufandas hechas por mi abuelita, mi tocaya.

Y otro asunto del que me he dado cuenta y del cual me hace sentirme completa es que hace mucho tiempo que no discuto con mi madre, la mejor persona que conozco y que conoceré, ya no solo como madre mía que es si no como ejemplo de mujer luchadora y humana que siempre me ha inculcado el amor y el respeto hacia a los demás y los más necesitados. Ella es quien me ha demostrado que jamás me dejará, siempre que ella esté presente. Hace de madre y del padre que la vida me arrebató. El trabajo educador de mi madre no fue fácil. Yo tampoco lo puse sencillo, pero su fuerza y su constancia hizo de mi la mujer que soy ahora y a la que le debo mi gratitud por su entereza con lo que le vino encima en aquellos momentos. Mi madre es la mujer que muchas quisieramos ser. Yo juego con la ventaja de haber aprendido mucho de ella.

Mi madre y MI HERMANA son mi orgullo. Nerea, es también la profesora, la madre y la amiga a la cuál he podido conocer mejor gracias a aquella decisión. Mis tardes con ella, ayudando y sirviendo de apoyo nos ha permitido acercarnos más. He descubierto que tengo no sólo es una gran madre, si no que quien me cuidaba de pequeña y tanto me enfadaba, que quien me hacía sacarme de quicio, es quien más quiero y sí, NO HAY MEJOR HERMANA QUE TÚ. Recordar, somos una piña y no lo olvidaré jamás, aunque a mi me guste mas la soledad, aunque no sea exacto que vosotras, no perderé todo lo que me habéis enseñado, quienes sois realmente y cuánto valéis en mi corazón.

Y después de tanto descubrimiento y tranquilidad,  por fin me paré a conocerte... Te recuerdo cuando era una niña y me distes grandísimos recuerdos, momentos y sobretodo risas. Te buscaba con la ilusión de aquella infancia juntos y ese camino paralelo idéntico donde ninguno de los dos sabiamos que eramos la pieza que nos faltaba para la tranquilidad total. Con mucho sufrimiento en el duro camino que decidimos emprender juntos pero con el triple de alegrías conjuntas y miles de obstáculos pasados con éxito cogidos de las manos siento que te has ganado mi más sincero respeto, no sólo por ser mi pareja, si no por que como persona con errores pasados has sabido reaccionar y dar un giro a tu vida. Has luchado por cada tropiezo y has avanzado en miedos que te bloqueaban. Has aprendido a, no sólo respetar a los tuyos, si no que has comenzado a respetarte a tí mismo, lo cuál me enorgullece enormente. Sólo tú y yo sabemos nuestro sufrimiento, nuestros errores, nuestras superaciones y todos esos momentos difíciles que hemos pasado antes y ahora al estar juntos. Sabemos que luchando se ganan las batallas, y no bajaremos la guardia. Estamos para ser felices y disfrutar la vida y así nos lo hemos propuesto. Con poco material pero con todo lo sentimental posible... 

Y gracias a esta familia soy Mariam, aquella chiquita que se perdió a los dieciséis.  Todos ellos me animaron a retomar la radio, una de mis pasiones y la cuál disfruto como hace quince años. Con ilusión, entrega y diversión.

Pero tampoco me olvido de esas personas que me caben en una sola mano que son inseparables y que aunque nos separen caminos diferentes  no me juzgan mi cambio ni critican mi felicidad y que sobretodo, se alegran de mis decisiones. Tal vez peco de no estar todo los días, pero no dudes de mi rapidez cuando me necesites. Puedes llamarme Gepeta, silbame y ahí estaré...

Y sí, ya la sabía pero mi tranquilidad me ha devuelto una debilidad y son los perros, con los que estoy aprendiendo de ellos y a los que espero poder ayudar siempre que me sea posible. Ellos lo harían por cualquiera de nosotros. Pero si alguien se debe una mención especial es mi rubia. Mi peludilla de quince años a la cual le agradezco cada momento. Con la que he pasado mis mayores alegrías, pero también mis mayores pérdidas. El adiós a mi padre, su depresión por ello, su tristeza, su ansiedad... También me acompañó en mi separación y de nuevo su falta de entendimiento a lo que estaba pasando volvió a hacerle sufrir. Ojalá tu corazón no sintiera como lo hizo y pudiese decir que tu felicidad ha sido total, pero lo que puedo decir es que estas viviendo una vida plena donde todo ha tenido cabida. Y ahora siento que mi tranquilidad te la he pasado y me siento más feliz por ello y con ganas de agrandar esta familia. Quiero que lo que te reste sea pleno, feliz y digno de un animal que jamás me ha fallado... Lloro escribiendote esto. Sí, mis ojos lloran cuando recuerdo tu lealtad, tu fidelidad, tu fragilidad, tu belleza. Lloro porque hoy te abrazo pero soy consciente de tu vejez. Pero en realidad lloro por que por fin estoy haciendo las cosas bien y te noto feliz. Te noto llena de vitalidad, rejuvenecida y por eso siento que ojalá pudiésemosrecuperar un tiempo perdido... Pero nuestra realidad ahora es que estamos bien, y eso estamos sabiendo disfrutar.

He descubierto que las grandes cosas, diversiones y la mayor felicidad están en las personas, animales y acciones que nos rodean... ¡Y lo mejor es que no cuestan dinero!

Te animo a que tú también tomes decisiones. Una importante. Una decisión que te cambie. Sólo puede ir a mejor si así te lo propones... Disfruta de los pequeños lujos de la  vida.

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